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El origen del billar y su evolución en el tiempo.

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002. ALGO DE MÍ

lunes, 15 de febrero de 2010


CUADERNO DE VIAJE

 

 

 

Mi nombre es José Antonio y soy de la generación del 60. Nací en un pueblo de Toledo, pero cuando tenía solamente cuatro años mi familia se trasladó a Madrid por lo que puede decirse que soy toledano de nacimiento y madrileño de adopción ya que me crié en sus calles. Vallecas fue el barrio que me acogió y  hoy, después de tantos años aún ocupa un rinconcito muy importante en mi corazón.

 

Soy una persona que se entrega a todo aquello que se propone, siempre que el tiempo lo permita. Melómano en general -no desprecio ningún genero-, soy un gran seguidor de la música de la movida madrileña -que me pilló de lleno- pero si tengo que elegir me quedo con la música de los años 80 -porque al fin y al cabo fue la que mamé durante mi juventud-

 

Deportista, cocinilla, aficionado al baile y gran lector de todo lo que caiga en mis manos.

 

Inquieto y soñador. Echo de menos, la paciencia -lo siento no tengo de eso-. ¡Las cosas las quiero para ayer! Y aunque resulte contradictorio soy muy meticuloso y en todo lo que me propongo o me embarco, quiero que resulte perfecto, aunque para ello tenga que invertir el doble de tiempo que cualquier otra persona.

 

Adoro a mis hijos y a mis padres y considero a mis amigos una parte más de mi familia.

 

 

Después de esta breve presentación me centraré en el contenido de esta entrada -la primera de este Blog-, en este recorrido que empezó hace ya algunos años, aunque a mí me parezca que fue ayer mismo. 

 

 

 

 1972 


Fue en este año y aun siendo un niño cuando tome contacto con el mundo del billar. Junto a mis amigos del barrio de Vallecas. Éramos un grupo variopinto de chavales de barrio, cuya única preocupación era divertirse.

En esa época las salas de billar abundaban en Madrid, ¡en el barrio, que yo recuerde, al menos había cuatro salas, salas con 5 ó 6 mesas de carambola, y empezamos a frecuentarlas. Como para nosotros tener taco propio era un lujo que no nos podíamos permitir, nos tuvimos que conformar con los tacos que proporcionaban las salas, pero que poco a poco se fueron convirtiendo en nuestra herramienta habitual.

Alternábamos varios locales, como quién alterna un cambio de clase en el colegio. Locales en blanco y negro, locales muy parecidos a esos que vemos en las películas americanas, locales oscuros, con alcohol y mucho humo, en los que había poca o ninguna conversación y únicamente se escuchaba el golpe de los tacos y el choque de las bolas.

Jugadores veteranos y experimentados, que nos miraban como a bichos raros, y a los que estoy muy agradecido por todo lo que nos enseñaron. Y así fuimos aprendiendo, poco a poco, a fuerza de perder partidas. Hasta que conseguimos adquirir un nivel decente.

Algunos meses después en una de las salas vimos unos carteles en la pared y decidimos acudir a una convocatoria de la Federación Madrileña para jovenes promesas, resultando elegidos un chaval de mi grupo de amigos y yo mismo, tiempo después debutamos en competición oficial, formando parte de la Selección Madrileña Junior en un Campeonato de España.

Pero, cuatro años después de empezar a jugar al billar y por varias circunstancias que no vienen al caso comentar, aparté el taco y las bolas de mi vida.

 


 
Es una auténtica pena pero las pocas fotografías que tenía de mis inicios en el mundo del billar se perdieron en una mudanza -es como si se hubiera borrado esa etapa de mi vida, como si no hubiera existido-, lo único que conservo de entonces y que es un tesoro para mí  es el carnet del club donde jugaba, el Club de Billar Albufera, situado en la avenida de su nombre en el madrileño barrio del Puente de Vallecas.  

 
 
 1974
 
 
 
Ya habían pasado algunos años desde mi retiro voluntario y me encontraba disfrutando de unas merecidísimas vacaciones de verano. Durante una de aquellas salidas nocturnas a la zona de copas de Vigo (Pontevedra), encontramos esta mesa de billar en uno de sus numerosos bares y entre copa y copa aprovechamos para echar unas partidas.
 
 
 

1988

 

 

Pero tuvieron que pasar 25 años y por pura casualidad –como casi todo en la vida- cuando volví a tener delante una mesa de billar y lo más curioso ¡volví a descubrir el billar!

¡Si, descubrir!, porque las mesas, ya no eran mesas de carambola, descubrí el pool (billar americano) y me enganchó. Corría el año 2.000.

Desde entonces y en todo este tiempo he tenido buenos y malos momentos, momentos en los que incluso sopesé la opción de volver a dejarlo, derrotas inesperadas y dolorosas, pero también victorias impensables ante rivales de primer nivel. 

Por eso no abandono, porque lo que de verdad compensa los buenos y los malos momentos, son las experiencias vividas, los lugares conocidos y los amigos encontrados.

Aquí sigo, dando tiza a mi taco siempre que puedo, porque aunque ese largo parón de tantos años no lo podré recuperar jamás, aún conservo la ilusión de aquel niño de 12 años que empezó a jugar al billar con sus amigos del barrio.
 

Si alguna vez os animáis, aquí estaré, preparado para echar unas partidas con vosotros. 

 

Mientras tanto os deseo: buen juego y mejores partidas.

 

 


 
2000
 
 
Aquel día como de costumbre me encontraba trabajando, pero había estado ocupado demasiado tiempo con un cliente. Ya eran más de las tres de la tarde y estaba bastante alejado de casa por lo que decidí aparcar mi taxi y buscar un sitio donde comer.
 
En el cartel de la calle anunciaban comida casera y el precio era bastante razonable. Bajé las escaleras, era un local muy amplio y bastante extraño, lo  que destacaba a primera vista era la gran cantidad de máquinas tragaperras que había. Parecía cualquier cosa menos un restaurante. Me acerqué a la barra y me atendió una mujer. Le pregunté si servían comida y me dijo que sí, pero que únicamente en la barra.
 
La verdad es que la comida estaba buenísima por lo que decidí que volvería allí siempre que pudiera. Y volví, tantas veces que al final entable una buena relación de amistad con la camarera, ella confirmó mis sospechas de que aquel era un salón recreativo, aunque ella no tenía nada que ver con él y solamente daba servicio en la barra.

Uno de aquellos días cuando ya me disponía a comer, apareció un muchacho al que no había visto nunca y que abrazó a Tere, -que así se llamaba la camarera- plantándole un sonoro beso en la mejilla. Paquito era su hijo. Nos presentó y después de comer estuvimos charlando un rato. Algo que se repitió muchas otras veces. Aquel día al terminar de comer, Paquito se metió tras de la barra y salió con una funda de piel marrón colgada del hombro.
 
- Perdona, pero hoy no puedo quedarme a charlar. Tengo competición este fin de semana y quiero entrenar un rato. 
 
Nos despedimos y el desapareció por un espacio sin puerta que se encontraba en el lado opuesto de la barra del bar. Cuando volvimos a coincidir, intrigado le pregunté por esos entrenamientos. Me contestó que era jugador de billar y que habitualmente jugaba en un club de Madrid y disputaba competiciones a nivel nacional.

-Yo, hace años jugaba al billar, pero las circunstancias me hicieron dejarlo. -le dije yo.
 
-¡Que casualidad! A ver si algún día echamos una partida. -contestó él. Al otro lado de ese tabique -señalo con el dedo la pared que quedaba a la izquierda de la barra- hay cuatro mesas de billar y podremos jugar en ellas.

-Hoy se ha hecho tarde pero si te parece bien jugaremos el próximo día que nos veamos. 
 
A la siguiente semana coincidimos y me llevó a la parte de atrás del local y que yo no había llegado a ver nunca y sí, había cuatro mesas pero eran de billar americano. Le dije que yo había sido jugador de carambola y que había jugado muy pocas veces en ellas.
 
Aún así me retó a jugar diciéndome que como él era jugador de pool me daría de hándicap 20 partidas a 100 y para darle algo de emoción nos apostaríamos una cena. Jugamos a bola 8, pero antes tuvo que explicarme detalladamente las reglas del juego. Estuvimos jugando a ratos durante varios días, hasta que uno de los dos llegó a cien partidas.

-Gané yo. Por cierto Paquito, aún me debes la cena. 
 

Paquito me insistió muchas veces en que debería acercarme al club donde el jugaba para conocerlo y si me gustaba animarme a jugar allí.  La primera vez que fui no me atreví a entrar ya que me pareció un lugar demasiado serio. Lo primero con lo que me encontré fue con una pared atiborrada de cuadros de jugadores vestidos con chaleco y pajarita y después con una sucesión de mesas de pool -hasta ocho- colocadas en fila, que parecían ser muchas más al haber en la pared del fondo un espejo de pared a pared y de suelo al techo.
 

La segunda vez fue diferente, fui con Paquito y estuvimos jugando en una de aquellas enormes mesas de 9 pies, me presentó a algunos jugadores y al dueño del club. El local era impresionante y parecía haber sido diseñado para lo que allí había. A día de hoy y tras haberme pateado infinidad de salas por todo el territorio nacional, puedo decir sin temor a equivocarme que el Club de billar Masterpool de la calle Doctor Fleming de Madrid era el mejor club de billar de toda España.

 

Pasados un par de días ya me había comprado una taquera y un taco de juego -un modelo bastante modesto y económico- para comprobar in situ si me sentía cómodo con esta nueva modalidad de billar. Una vez finalizado el verano comenzaba una nueva temporada y tendría que jugar los clasificatorios para asistir a los torneos programados.


 

 

 

 

 2001- 2003

 

La verdad es que me adapté muy bien, y comencé a despuntar entre todos los jugadores de mi categoría y conseguí clasificarme para la primera prueba del Circuito Masterpool de segunda categoría.

 

Y mi debut en competición nacional fue fantástico, conseguí el subcampeonato, un bonito trofeo y el respeto de muchos de mis rivales.

 

Con Rafa Laguna, Paquito Menéndez y Cesar Castilla.
 
Al año siguiente pude jugar mi primer campeonato de España Masterpool en Santiago de Compostela donde tras un primer día invicto y con un total de siete victorias, conseguí meterme en las últimas rondas alcanzando finalmente el cuarto puesto.

 

Durante este periodo y debido principalmente a mi trabajo no pude disputar demasiados torneos fuera de Madrid, pero sabía que eso tarde o temprano iba a cambiar.

 

Afortunadamente mi buen hacer en las competiciones y clasificatorios en mi club me permitieron poder participar en uno de los mejores torneos que se organizaban en España en esa época el Villa de Madrid, donde acudían los mejores jugadores del panorama nacional así como un buen número de jugadores extranjeros. 


 

 

2004


Que gran año, muchos torneos, muchos viajes y muchas satisfacciones personales. De Madrid a Guadalajara. De Zaragoza a Barcelona. De Asturias a Galicia. 

 

Fueron muchos los kilómetros recorridos en ese año aunque el mejor momento llegó en casa, durante la celebración de la final del Circuito Nacional de segunda categoría conseguí derrotar  por 5-0 en primera ronda a un prometedor jovencito llamado Nacho Schmit que partía como el principal favorito del torneo. Al final él se clasifico para la final por la zona de perdedores y yo por la de ganadores y en una final muy disputada me ganó 5-4 la primera final y 5-3 en la definitiva con lo que al final conseguí el subcampeonato del Circuito.

 

Imagen de la revista Masterpool


El Campeonato de España CEP se celebraba en Villagarcía de Arosa (Pontevedra).

 

Mi círculo más cercano tenía muchas expectativas depositadas en mí, hasta llegar a incluirme entre el puñado de favoritos para conseguir el título, pero el destino quiso que esto no ocurriera, ya que no pude estar al nivel esperado debido a un fortísimo catarro que me obligó a disputar mis partidas con más de 40º de fiebre. 

 

 




 2005

 

Una de las cosas que me ha dado el billar ha sido la oportunidad de conocer a muchas personas, algunas de ellas se convirtieron en muy buenos amigos. Dani y Xavi fueron un buen ejemplo de ello, hasta que sus circunstancias personales les hicieron dejar el billar, en esta foto estamos en el Masterpool de Doctor Fleming.



Incluso llegué a ser noticia en una conocida página de billar. 😅




Ganar un torneo siempre supone una gran satisfacción, pero hacerlo de esta manera fue muy gratificante y me hizo aprender que por muy en contra que se ponga la cosa siempre hay que luchar hasta el final.
 
 
 

 2006

 

 

LA PROPUESTA

 

Quedaba poco para el verano y yo continuaba atrapado en el mismo trabajo -doce años en el taxi son demasiados años-.

 

Pero todo ocurrió rápidamente, la propuesta que me hicieron me atrajo muchísimo. Mi mujer, recelosa puso algún "pero", aunque a mí harto como estaba de mi trabajo cualquier cosa me hubiese venido bien y mucho más esta. Trabajar en el mundo del billar podría ser genial, además la propuesta venía de unos amigos. Esto unido al constante regalo para nuestros oídos con la frase "nos vamos a forrar", acabo por decidirnos.

 

Y por el “módico” precio de 60.000 euros nos lanzamos a la vida empresarial, sin apenas pensarlo, en apenas diez días todo quedó atado y eramos socios-propietarios del 40% de Billarnet Café, un Club de billar en Madrid. Una de las condiciones en la compra era que yo trabajaría en el local.

 

El  trabajo y el hobby juntos. Me sentiría muy a gusto, entre amigos y con una buena relación entre todos los socios. Todo era perfecto. O al menos, eso creímos.

 

Costó arrancar y aunque el Club llevaba abierto algún tiempo, los clientes brillaban por su ausencia. Recuerdo que mi mujer muy preocupada me decía: ¿Pero, dónde hemos metido nuestro dinero?

 

Pero poco a poco y mes a mes el negocio emergió de la nada y algún tiempo después empezó a ser rentable, pero nunca era el momento para permitirnos un reparto de beneficios y por unas razones u otras siempre encontraban una excusa para no hacerlo.

 

 

Mientras tanto yo era feliz, alternando mis labores de camarero con las de organizador de torneos e incluso en algún momento tuve tiempo de impartir clases a un par de alumnos.

 

La gestión de uno de mis socios hizo que el cantautor Alex Ubago pasase por el club para participar en la grabación de un programa de televisión en nuestras dependencias. Además Alex es un excelente jugador de billar y se encontró como pez en el agua.



A mediados de agosto se disputaba el Campeonato de España en Guadalajara del circuito Tour España. ¡Y allí que nos fuimos!
 




 

 

 

2007



La fiesta que montamos en el Club en fin de año resultó perfecta.  

 

Al final nos juntamos alrededor de cuarenta personas todos ellos amigos, jugadores o clientes y estuvimos bailando y divirtiéndonos hasta que se nos hizo de día.

 

Después nos fuimos todos juntos a tomar un chocolate con churros.


 

Mientras todo parecía transcurrir con normalidad.
 
Yo, cumplía con mi horario y con mis obligaciones laborales como camarero.
 

Y cuando estas terminaban aprovechaba para entrenar, para echar unas partidas con los amigos o para jugar los torneos y clasificatorios que organizábamos.

 

Incluso aprovechaba algún fin de semana para escaparme a disputar algún torneo, como el Open Internacional de Don Benito (Badajoz). Salí del Club de madrugada, ese viernes había habido bastante movimiento y terminé de recoger el local muy tarde, llegaría al destino y aprovecharía para dar una cabezadita en el coche antes de empezar a jugar el campeonato.

 

Apenas si quedaban 30 kilómetros para llegar cuando se puso a llover como si no hubiera un mañana. La escasa visibilidad que había hizo que me equivocase se desvío y cogiera uno antes de tiempo y tuviera que pasar por el centro de Miajadas, al salir del pueblo la lluvia arreció aun más. Cruzó delante mía a escasos metros, no quise atropellarlo y me tragué la curva que había, seguí recto y en mi camino arranque una de las balizas azules y blancas que señalizaban la curva, dando botes aterricé en un arrozal. La implacable lluvia perforaba despiadadamente la superficie de agua que me rodeaba. Comprendí que tenía que salir de allí cuanto antes. Metí marcha atrás y a duras penas conseguí sacar el coche de allí, después no pude hacer ni cincuenta metros y el coche dijo basta en una rotonda cercana. 


Si no hubiera llovido, no me habría equivocado de desvío y no hubiera pasado por ese pueblo. Y ese perro, lobo, jabalí o lo que fuera no se hubiera cruzado en mi camino. Pero quizás ni no hubiera estado lloviendo hubiese ido a mayor velocidad y quién sabe lo que hubiera ocurrido. 

 

Al final llegó la grúa y me dejó a la puerta del local donde se disputaba el campeonato, muy amablemente la organización al enterarse de lo ocurrido tuvo la deferencia de retrasar mi primera partida hasta que pude hacerme presente. Conseguí ganar un par de partidas, pero el no haber pegado ojo en toda la noche empezó a pasarme factura y en las siguientes no pude estar a la altura. Tuve que volver a Madrid en autobús pero regresé un par de semanas después cuando me avisaron de que mi coche ya estaba reparado.

 


Como el año anterior se celebraba el Campeonato de España  del circuito Tour España aunque esta vez en Jaén. Resultando bastante decepcionante para mi, ya que apenas pude pasar un par de rondas en cada una de las modalidades de juego.

 


 


Había una novedad importante en el Club, Marimar -mi mujer-  había empezado a trabajar en el Club por las mañanas y de vez en cuando me cubría si yo tenía que salir a algún campeonato. Los torneos seguían llegando y como yo libraba todos los fines de semana podía aprovechar y desplazarme a jugarlos. Zaragoza, Barcelona,  Benalmadena, Madrid, Lugo. Precisamente en Lugo se celebraban los Campeonatos de España en sus diferentes modalidades, me hizo especial ilusión ser integrante por primera vez de la selección madrileña.

 

Zaragoza. Con Javier Alienes

Madrid. Torneo I love 80's. Con Loreto Pagela
Campeonato de España (Lugo). Con Javier Alienes, Sergio de Juan, Arsenio Figueroa, Adolfo López, Sergio del Puerto, David del Puerto, Fernando Marañón y Laura Estévez.

Madrid. Torneo Relámpago. Con Jorge Llanos.

 

 

 2008

 

Comienza un nuevo año repleto de competiciones. A partir de esta temporada las instalaciones del Hotel Occidental de Aranjuez serán la sede de las pruebas del Circuito Tour España.

 

Con Freddy Suárez, Laura Estévez, Antares Jiménez y René Vista.


El Circuito Madrid Tour celebra su segundo año y el campeón es David Márquez,  yo consigo el subcampeonato de un circuito que me hacía especial ilusión. El mejor jugador clasificado de segunda categoría es mi hijo mayor, David del Puerto Martín "de casta le viene al galgo". ¡Mi hijo pequeño, Sergio, también viene dando guerra!


 

Trofeo  mejor 2ª categoría Circuito Madrid Tour
Sergio del Puerto Martín

 

A últimos de marzo nos trasladamos al Pirineo oscense, concretamente a la localidad de Benasque para disputar los clasificatorios para el mundial amateur de la VNEA en Las Vegas (Nevada) EEUU. Durante el primer día de competición no consigo encontrarme cómodo ni con las mesas, ni con mi juego y desaprovecho una buena oportunidad de clasificación en el torneo de categoría senior. Al día siguiente en categoría 2ª A consigo encadenar unas cuantas victorias y alcanzo las semifinales, -una victoria más y obtengo billete para Las Vegas-. En esta ronda  hay que ganar 6 partidas, consigo ponerme arriba en el marcador por 4-1 la hinchada está desatada y de golpe y porrazo observo como mis compañeros de club se marchan creyendo que todo está hecho y me dejan solo contra mi adversario y media Andalucía que le anima incansablemente consiguiendo llevarle en volandas a la vez que yo me voy diluyendo poco a poco, abrumado por la presión andaluza y la sensación de abandono por parte de los míos. Al final caigo derrotado por 5-6 y se me escapa el sueño americano.

 

Con Gaby Perea e Iris López
 

La vuelta al trabajo nos iba a deparar muchas sorpresas y la mayoría no eran precisamente buenas. En ese momento, estorbábamos y maquinaron su plan. ¿O lo pusieron en marcha?

 

 

 LA TRAICIÓN

 

Debido a la indiscreción de  uno de nuestros socios “se le escapó” nos enteramos de que venían cobrando  600 euros al mes, desde hacía más de un año. La noticia nos alteró porque en su momento nos habíamos negado a ese reparto ya que nosotros según ellos no teníamos derecho a cobrarlo porque ellos colaboraban trabajando en el club y nosotros teníamos nuestro sueldo y consecuentemente pedimos explicaciones. La respuesta fue tan clara como desquiciante, “los 600 euros los habían estado cobrado desde entonces y los seguirían cobrando en adelante, quisiéramos o no, porque ellos eran mayoría”.

 

Quiero dejar claro que el 60% de los socios cobraba 600 euros mensuales por colaboraciones extras con el Club “gestión y  organización de campeonatos, elaboración de cuadrantes para campeonatos, contratación de hoteles, reuniones con distintas organizaciones”. Pero si ellos cobraban, ¿que pasaba con nosotros y con nuestro 40%,?, ¿no íbamos a recibir ninguna compensación?, nosotros también colaborábamos fuera de nuestro horario de trabajo “Arreglos y averías en el local,  limpiezas generales del local, compras semanales de género en Makro” por no hablar de “acondicionamiento de los almacenes, instalación de estanterías, montaje de accesorios...” en fin de una gran cantidad de cosas fuera de nuestro horario laboral. Por lo que si ellos cobraban, lo justo es que nosotros también lo hiciéramos y si nosotros no cobrábamos lo justo es que ellos tampoco lo hicieran.

 

En realidad y a mi entender esto es un reparto de beneficios en toda regla, pero con una salvedad solo cobrarían beneficios ellos.

 

A partir de ese momento la situación se volvió demasiado tensa y saltaban chispas a la mínima y por cualquier cosa. Se veía venir que esto solo podía ir a peor.

 

Cualquier excusa sirve para deshacerse del fiel amigo cuando empieza a haber dinero en caja. Hay amigos fraudulentos, secos, vacíos, solo son pura apariencia y que tienen ambición en lugar de corazón. Los que se llamaban nuestros amigos... nos utilizaron un tiempo para lograr un objetivo. Cuando consiguieron este objetivo, nuestra amistad pasó a ocupar el último lugar en su lista.

 

El siguiente paso era dejarnos sin trabajo, para alejarnos lo más posible del Club. Diciendo que las cajas diarias no cuadraban y que faltaban mil euros encendieron la mecha que hizo saltar todo por los aires. Yo como encargado del local, era el responsable de la misma y veladamente me acusaron de robar ese dinero, aunque éramos cinco las personas que manejábamos la caja,  pero aunque insté a mis socios a sentarnos para revisar los cierres de caja y descubrir donde podía estar el error, no obtuve nada más que una negativa de su parte.

 

En ese momento les comuniqué que ante tan grave falta de confianza por su parte hacia mi persona, yo abandonaría mi puesto de trabajo y que les haría llegar una propuesta de venta de nuestras acciones.

 

A los pocos días firme mi finiquito.

 

Que gran error por mi parte, ya me tenían fuera del Club, ahora podrían hacer y deshacer a sus anchas y con total impunidad”.

 

Al mes siguiente, Marimar fue despedida, con un "después de las vacaciones no vuelvas porque ya no vas a trabajar aquí".  La despidieron sin finiquito, sin indemnización, sin pagarle el mes de vacaciones y para asegurarse de que no pudiéramos acceder al local fuera del horario comercial, cambiaron la cerradura de la puerta de entrada. Y pese a que se denunció este despido y hubo un juicio por medio, no se consiguió nada, gracias entre otras cosas a las mentiras de nuestros socios, a la declaración de tres testigos falsos y a la ineptitud de nuestro abogado. En el recurso que se interpuso después y aunque se presentaron alrededor de cien firmas de jugadores de billar, vecinos y clientes en general, el recurso fue desestimado. Si tú eras cliente de Billarnet, podrás saber si Marimar trabajaba o no en el local y por lo tanto saber quién es el embustero.

 

La jugada les salió bien. Ahora, el tiempo transcurrido nos deja ver que todo fue un plan preconcebido, y que la "falta de esos mil euros", no fue otra cosa que un invento, una provocación para que protestara, porque este que escribe desde luego no se llenó los bolsillos con dinero de la caja.

 

Algún tiempo después se puso durante una semana una pancarta en la puerta del Club informando a nuestros clientes y a todo el que pasaba por allí de lo injusto de nuestra situación y de la "estafa" de la que habíamos sido víctimas.

 


Yo, como jugador de billar y pese a que como ya sabéis sigo siendo socio y accionista de este Club de billar, estoy vetado para poder jugar cualquier Circuito de pool que gestione nuestro Club (Tour España-CEP), ya que el administrador del Club, es el Delegado en Madrid de los mismos y ejerce un "tráfico de influencias" y un "abuso de poder" respaldado por la posición que ocupa.

 

Lo cruel y cierto es que tras muchos años de iniciar nuestra relación mercantil seguimos teniendo atrapado nuestro dinero en esta sociedad, sin tener acceso a las cuentas y sin percibir un solo euro de beneficio. Nos hemos dado cuenta que cuando alguien que se llama amigo y así lo consideras te traiciona, pasa a convertirse en tu mayor enemigo.

 

Muchas gracias a todos aquellos que nos apoyaron en su momento y a ti lector por haber gastado unos minutos de tu tiempo en leer esto.

 

Y a vosotros, "amigos", da igual cómo... ojala el tiempo os borre esa sonrisa cínica de la boca, que la vida os depare un encuentro con gente de vuestra misma calaña y que con el paso de los años lleguéis a convertiros en personas.

 

Todavía conservo el video del juicio en el que aparecen los tres testigos que declararon en falso, para que quién quiera pueda ver que esas personas no eran clientes del Club o por el contrario trate de reconocerlos.

 

A pesar de que el revés recibido era importante, no me iba a venir abajo e intenté seguir con mi vida de la mejor manera posible y el primer objetivo estaba a la vuelta de la esquina. Volvíamos a Lugo para disputar el Campeonato de España. En el plano individual no obtuve grandes logros, aunque si que alcancé mis objetivos. En la competición por equipos obtuve junto a mis compañeros, David Márquez y Javier Alienes la 5ª plaza.

 


Con Christian Vana y Javier Alienes
Con Freddy Suárez y Javier Alienes


De regreso a Madrid decidí que si bien no iba a dejar de ir al que todavía era mi Club, dejaría de lado los clasificatorios para los torneos e iría a jugarlos al club que había sido mi casa antes de la aventura de Billarnet, el Masterpool de Doctor Fleming y a las primeras de cambio me clasifiqué para jugar un torneo en Zaragoza.

 

Partida con Víctor Salgado
 

 

 

  2009

 

 

Debido al buen nivel que exhibo (eso es lo que dicen las malas lenguas) deciden inscribirme en primera categoría y disputo todo el Circuito Masterpool. No consigo grandes resultados pero logro derrotar a varios jugadores de primer nivel, sobre todo en la prueba que se celebra en Churriana de la Vega (Granada) donde consigo desarrollar mi mejor juego venciendo a tres grandes jugadores. 

 

Con Carlos Bogas y Luis Gabriel Mundaray en el Mirador de San Nicolás (Granada)

Por otro lado se celebraba en Benidorm el campeonato Nacional de dardos electrónicos por equipos en la modalidad de 501 y no podía dejar tirados a mis compañeros, así que nos fuimos a tierras alicantinas.

 

Con Jorge, Gonzalo, Carlos y Alfonso (Cruz y Raya)

Mientras tanto en Masterpool se organiza un campeonato por parejas para jugadores madrileños y junto a mi compañero Luis Gabriel Mundaray nos clasificamos para la fase final. Y conseguimos un meritorio tercer puesto.

 

 

1º Antares Jiménez y Nacho López - 2º Sergio Urtasun y Salva Moreno - 3º Luis Gabriel Mundaray y José Aº del Puerto 

Y nuevamente tuve que soltar los tacos y coger los dardos, terminaba la temporada con el Campeonato Nacional de Cricket por equipos. Sevilla nos esperaba con los brazos abiertos, este campeonato fue el último que disputé con mi querido equipo y supuso también mi despedida de la competición.


Con Antonio, Rafa, Tito, Carlos, Roberto, Gonzalo, Jorge y Álvaro.

El regreso trajo muchas novedades, la principal de todas es que empezaba a trabajar como camarero en Masterpool y ademas debería gestionar todas las competiciones que se celebraran en el Club. Otra novedad es que sería el encargado de escribir las crónicas redactando las incidencias de los campeonatos y los resúmenes de las pruebas del Circuito, tanto de 1ª como de 2ª categoría, además de gestionar la página de Facebook del club donde se colgarían las crónicas correspondientes. 

Al poco tiempo tuvo lugar el que a la postre sería el último Torneo Villa de Madrid que se celebrase en las dependencias del Masterpool de Doctor Fleming y cuyo vencedor fue un jovencísimo Francisco Sánchez Ruiz. En la foto se puede apreciar el trofeo de tan prestigioso campeonato.

 


 

Quedaban un par de meses para que finalizara el año y ya rondaba por mi cabeza la idea de crear un blog, poco a poco y con ayuda de un buen amigo y compañero -Marvin Taña-, iba a nacer este Blog "LAS FIEBRES DE HONORIUS", que vería la luz en enero de 2009.

 

 

2010

 

Un nuevo año, una nueva temporada.


Y menudo comienzo de año... en la segunda semana de enero nos trasladamos hasta Lloret de Mar (Girona), allí se celebraría el Predator International 10 Ball Tour un gran torneo con la participación de algunos de los mejores jugadores del mundo y además el Campeonato Nacional Masterpool de bola 8, todo estaba preparado pero un invitado inesperado cambió todos los planes. (En el siguiente video podéis ver todo los que aconteció durante esos días).

 

   
 

Y aunque al final el torneo internacional pudo celebrarse, el Campeonato Nacional de bola 8 tuvo que suspenderse por falta de infraestructura.

 

Aún así, algunos disfrutamos de la mesa de 9 pies que había en la cafetería del hotel. (Con Antares Jiménez, Sebastian Kacprowich y Sergio del Puerto).

 





 

 

Continuará............





2 comentarios:

Acuaryus_me dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Pesetoman dijo...

Gracias degenerao, jajaja.

29 de abril de 2010, 8:52

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